Agüeria -Nembra (Aller)

Textos:
-Oración a S. Antonio.
-Cantares.
-Laurel.
-La flor del agua.
-El cuirgo y los cuerguinos.
-Rana y Sepu.
-El home de la butiya.
-L´encargu del Maconeru.
-Cuando truena.
-Cantares.
-El sepu y la Xaranca.
-Hechiceras y brujas.
-El penitente.
-El aguinaldo.
-La Pastorcilla.
-La galanzuca.
-El mozo arriero.
Niñas en la escuela (Pelúgano -(Aller)-Memoria digital de Asturias


Agüeria
Aldea de la parroquia de San Martín de Moreda ( Aller) Está a una altitud media de 322 m. Está atravesado el pueblo por el río Negro. Aún se conserva en buen estado un molino que puede perfectamente prestar servicio. 
Oración de S. Antonio 
Si buscas milagros mira muerte y amor desterrados
miseria y demonio huídos leprosos y enfermos sanos.
El mar sosiega su ira redímense encarcelados 
miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos. El peligro se retira los pobres van remediadosncuéntenlo los socorridos díganlo los paduados Gloria al Padre Beati Antonio, qu´en Padua naciste,  en Roma de criaste  al púlpitu de Jesucristu subiste y allí perdicaste d´honor bajaste  el río Gordón pasaste. Desque s´alcordó tu Santu
Brevariu. 

Adela Pando era la molinera de la localidad allerana de Agüeria. En el bajo de su casa, esta mujer tenia un molino de agua con el que producía harina. Con el paso del tiempo Adela abandonó el oficio, pero el molino no ha dejado de funcionar. Sus hijos, Ricardo y Silvino Cordero, han creado la asociación “Molín d´ Adela”. La Nueva España 21-08-2013.- 
L’Agüeria
La lengua asturiana emplea como apelativos agüeru ‘charco’, ‘zanja’, ‘canal de riego’ que puede estar formado tanto sobre el nombre latino AQUARIUM ‘fuente’, ‘lugar de agua’ (OLD) como sobre adjetivo nominalizado AQUARIUS, A, UM ‘de agua’ (OLD). De aquí proviene el actual agüera ‘zanja’, ‘lodazal’, ‘valle en el que confluyen otros arroyos’, etc. Sobre tales nombres pueden haberse formado algunos topónimos. Parte al menos son fácilmente detecta bles porque la ortografía conserva hoy su recuerdo en ejemplos del tipo Agüeria o Las Agüeras. Hay otros, sin embargo, que están totalmente desfigurados por la escritura como ocurre con “La Hueria “. La realidad es que tanto en un caso como en otro tienen la misma procedencia por lo que una grafía que quiera ser etimológica (y también fonética) debería escribirlos por igual. Las variantes encontradas en Asturias son éstas:
Agüera (Co, Cg, Lla, Lr, Cr), L’Agüera (Lln, Po), Les Agüeres (Ri), Las Agüeras (Qu), L’Agüeria Deu (Pa), Augüera (Cd, Gr, Md, Vd), Augüera de Castanéu (Cn), Augüera’l Coutu (Cn), Agüeria (Uv90, Ay), L’Agüeria (Bi, Llg, Sr, Llv, Mi), Augüerina (Md), A Augüeira (Cs), etc.
Al masculino L’Agüeiru (Cd) quizá debamos añadir Lagüeiro (Ib) con fusión del antiguo artículo de tipo asturiano; su interpretación habría de ser ‘el agüeiru’, ‘lugar de mucha agua’, cosa que parece aconsejable dado que en este pueblo el agua brota generosamente en varias fuentes. Sin embargo abrigo alguna duda acerca de la posible confluencia fónica con LACUNARIUM (EM), término emparentado con lagúa, pues en el habla local habría evolucionado con pérdida de la -N-, en cuyo caso se trataría de ‘lugar encharcado’, en clara referencia hidronímica también. A esta lista es muy posible que tengamos que añadir Lligüeria (Pi) quizá ‘el límite de agüeria’ pues su primer elemento podría ser un derivado de L¯IMITEM ‘límite’ (EM), probablemente mejor que un artículo palatalizado *‘la agüeria’. Un verbo formado sobre aquam, *EX-AQUARE, habría pervivido en el ast. xaguar ‘lanzar agua’ que, sin duda, está presente de alguna manera en los topónimos menores del tipo Las Xaguadas, El Xagual (cf. 240). No hemos encontrado entre los nombres de nuestros pueblos topónimos del tipo aguaduchu, aguatuchu ‘conducto de agua’ que parte de la formación latina AQUAEDUCTUS (REW), documentado en nuestros textos medievales, a veces, como sinónimo de “eductus” (MB p. 282).
Toponimia Asturiana. - El porqué del nombre de los pueblos.- 


Cantares 
Quítate de mío puerte, sacristan fatu,
q´en esta sacristía non tienes platu.
Mientres fay les fariñes la mió Colasa,
anden los rapacinos llócos por casa.
Una pulga me pica ´n el embeligru,
si ´l mió Pachu vien céo, cuerre peligru.
Gasten les señorites, como reclamu,
unos retratiquinos sobre ´l entámu.

Laurel
Para alejar las tormentas se queman ramos benditos de laurel. Si no los hay benditos, pueden cortarse de un laurel, porque este árbol apenas necesita bendición; tiene carácter sagrado. Por eso nunca caen chispas sobre él. Es el ramo de esta planta el que sirve para hacer las bendiciones de los campos y salvarlos así de los bichos dañinos.  Antiguamente en el ataúd, debajo del cuerpo, se metían las hojas y ramos de laurel. 

El Molín d´Adela
La Flor del Agua 
Mañanita de San Juan
 anda el agua de alborada.
Estaba Nuestra Señora
 en silla de oro sentada, 
bendiciendo el pan y el vino,
 bendiciendo el pan y el agua,
cuanto en el mundo se halla.
 ¡Dichoso varón o hembra
que coja la flor d´esta agua! 
La hija del Rey la oyera
de altas torres donde estaba;
 si de prisa se vestía, 
más de prisa se calzaba.
 - Dios la guarde,la señora, 
Doncella, bien sea hallada.
¿De quién es esta doncella, 
bien vestida y bien portada ?
 - Soy la hija del Rey, Señora, 
mi madre Reina se llama
 ¡ Para ser hija del rey
vienes mal acompañada! 
 - Yo me viniera así sola 
por coger la flor del agua. 
Metiera jarra de  vidrio 
y de plata la sacara. 
 ¡ Quién he de decir , Señora, 
que me regaló esta jarra? 
Que te la dió una mujer
de las otras extremada;
 y para mejor decir
Nuestra Señora se llama. - 
Pues ya que es Nuestra Señora, 
diga si he de ser casada. - Casadita, sí por cierto, 
y muy bien aventurada. Tres hijos has de tener, 
todos cinguarán espada: uno ha de ser rey de Sevilla, 
otro ha de ser rey de Granada, y el más chiquito de todos 
será Príncipe de España.
Juan Menéndez Pidal. Poesía Popular.- 
El Cuirgu y los Cuerguinos
Ye bien sabío qu´el cuirgu más nigru que les ales nun ye - como diz el refrán-. Y para él tien que tar too tan negro como la pez. Por eso, cuando-y nacen los sos paxarinos blancos como la espluma de la llieche, quea esteleu un retu mirando par ellos, y nun creyendo que d´algo tan negro como él pura salir naa tan esblanquiñao, y tírelos de banzorra abaxo, fuera del nidal. Y ansina lo fai. Al retu, agüeya y velos  bullir. Movíu pel rixu (amor, celo paterno)  grande a la prole, baxa nalotiando y, garrándolos sotilmente, vuélvelos al nidal. Y na más velos otra vez xuntos tan esblanquiniaones, tírelos otra y otres veces. Tantes que ya los paxarinos van plumeando  y, natural, les plumes sálen-yos negres… Y quéense muy contentos, y tiénenlos per fiyos.  Bello (Aller.) 
Folklore de Asturias.- María Josefa Canellada. 
Saronca (Rana) y el Sepu
Foi el caso que tando los dos a oriella del camín, vioren venir un querru, del país, s´entiende, con so ruíu, rinchando estridentemente al calmusu andar de los gües. Dixo ´l sepu  a la xaronca: ¿A que lu balto? Y puínxose muy enchu enmedio ´l camín esperando que yegara. Pasó ´l querru per cima d´él y aplastolu ensin matelu. ¡ Tien una pelleyona tan dura! y díxo-y la xaronca: ¡Qué bien lu baltiste! - Contestó-y  el magulleu sepu: - Baltar nu balté, pero buenos güeyos-y arremellé ! 
Bello (Aller)
Folklore de Asturias. María Josefa  Canellada.
El Ome de la Butiya
Yera un ome tan encocorante como nun había utru. Siempre riña a la muyer porque nun sabía facer naa, ni en qué se-y día el tiempu. Dixo-y ella, por fin, un día: - Espera, que mañana voy yo pa la tierra y quéeste tú ´n casa. Cuando te llevantes, eches d´almorzar a la gocha: vistes los rapazas y lláveslos, maces la lliche en la butiya; fei la comía y una torta p´almorzar; sueltes la vaca ´l preu; da-y al tarralín el pinsu; curia los pitinos que nos llieve ´l fierre y failo too bien, ¡cuideu me-yamo!- -Bueno, entereu. 
Llevantóse con estrelles a utru día. Y como nunca tal cosa había fecho, nun sabía per onde empezar. Discurrú que mientres peneraba, mazaba la lliche y ansina aforraba timpu. Foi y ató la butiya a la cintura colgando-y per detrás, y empezó a penerar. Oyú fuera un espentu y un ruíu muy grande y salú corriendo, pero tropezó contra la puerte y la butiya féxose peazos, arramándose-y la lliche per medio casa. Por espantar al fierre, que-y llevó un pitín con la sotileza que lo faen, y acoyer los que-y queaen, entró la gocha ´n casa y comú-y la farina. Los rapazos andaen pellí encarnes,  yorando, muertos de fame, y él ensin saber pa ónde atender. Tando en aquellos belenes, vieno la muyer que llueu viú que nun había fecho m´antroxaes y desastres. - Amigo, sí! Hoy traxinístelo bien, ¡bien del too! ¡Non! ¡Nun me queo  más en casa! De modo tan duro supo lo que hacían las mujeres en el hogar. Bello (Aller)
Folklore de Asturias. María Josefa Canellada. 



L´encargu del Maconeru
¡Ola Xuan! Díxome Nela, 
Que ya t´estabas muriendo, 
Y vieni corriendo á vete 
Antes que cierres el güeyu, 
Pos to jacete un encargu
 Que no dexarás d´hacelu
En la primer ocasión.
 Cuando pases pe ´l infiernu,
Qu´e regular qu´allá vayas-
 ¡Los probes no van al cielu!-
Si ves per allí á Bastián 
Que allí ha d´estar e tan ciertu
Como yo trayo corizas, 
Pos no jué pinta de güenu; 
Has de dicii que me mande
 Dicir pe ´l primer correu
Donde me dexó al morise 
La jacha y el cachicuernu, 
Pos no paro de buscaos 
Y dar con ellos no puedo.
Y, si asina no lo jaz, 
He de demandalu á pleitu 
Pa que me pague ´l importe,
 Que no estoy yo pa pardelu.
Y, anque tengo otros encargos
 Que faceti pa lo mesmu, 
Tantu pudiera olvidásete 
Y pa otra ocasión lo dexo.
Conque, ya puedes morite, 
Y hasta por allá, mostrencu. 
A teya vana. - Angel  de la Moría. - 1858-1895.-

Cuando Truena
Sta. Bárbara Bendita que nel cielu tas escrita
guarda pan ya guarda vino guarda xente de peligru
ya los que van por el mar Dios los deixe navegar
Sta. Bárbara doncella Dios nos llibre de centella
ya d´un rayu mal parado que nel ara de la Cruz
Jesucristo está clavado Padre Nuestro, Ave María, 
Amén Jesús. S. Bartolomé se levantó las aguas 
del mar cruzó con Jesucristo encontró: 
¿Dónde vas Bartolomé? - Yo Señor, con vos iré 
y os regalaré un don que donde fuereis nombrado
no caerá piedra ni rayo Padre Nuestro, Ave María. 

Cantares 
Les cortines del to cuartu,  les fueyes del to xergón, 
son les que me dan noticies  de si me quieres o non. 
Una zaragozana que del cielo bajó  con el pelo extendido y en el medio una flor,  y en la flor una rosa y en la rosa voy yo;  vámonos dueño mío, dueño mio vámonos.  Abreme la puerta adorado clavel; 
ábreme la puerta que te vengo a ver.  Si vienes solito y solo una luz te encenderé,  pero si vienes con otro a mi madre llamaré.  Abreme la puerta adorado clavel; ábreme la puerta  que te vengo a ver. Al pié del rosal, madre, al pié del rosal fué,  pero a coger la rosa no me determiné. Si la cojo me muero y para no morir 
coja-la, jardinera y tráigamela usté aquí.  Abreme la puerta adorado clavel;  ábreme la puerta que te vengo a ver
Si vienes solito y solo una luz te encenderé, 
pero si vienes con otro a mi madre llamaré. 

El Sepu y la Xaronca
El sepu miraba de tiempu atrás a la xaronca con güeyos muy melosos y díxo-y:
Casarémosmos. - No tengo bragas- retolicó-y la xaronca con mal pronte.
Te doy les miós.- Nes quieo, que tan puerques.
Llavarémosles. - Nun tenemos ónde.
¡Debaxo ´l pontón!
Eso pa tí, ¡zaragolón!
Y dió un seltu y enterróse ´n folliru.
Bello. (Aller)
Folklore de Asturias- María Josefa Canellada
.
Hechiceras y Brujas 
Quedan muy claramente condenados todos los pecados de las supersticiones, o hechicerías; como pecados muy abominables delante de Dios; porque todas estas supersticiones salieron de la falsa doctrina del diablo; que sobre la buena simiente de Jesucristo y de sus apóstoles; sembró en la iglesia de Dios cizañas, y muchas alas yerbas para hacer perder las ánimas de los cristianos. 
Pedro Ciruelo. 
Pármeno
Tiene esta buena dueña al cabo de la ciudad, allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río, una casa apartada, medio cayda, poco compuesta e menos abastada. Ella tenía seys officios, conuiene saber: labrandera, perfumera, maestra de hazer afeytes e de hazer virgos, alcahueta e un poquito hechizera. Era el primer officio cobertura de los otros, so color del qual muchas mocas cestas seruientes entrauan en su casa a labrase y a labrar camisas e gorgueras e otras muchas cosas… Muchas encubiertas vi entrar en su casa; tras ellas hombres descalcos, contritos e rebocados, desatacados, que entrauan allí a llorar sus peccados…  Tomaua estambre de unas casas; dávalo a hilar en otras, por achaque de entrar en todas.Con todos esos affanes, nunca passava sin missa ni bíspras ni dexaua monesterios de frayles ni de monjas. Esto porque allí hazía ella sus aleluyas y conciertos.  
Tan sin pena ni temor se andava a media noche de cimiterio a cimiterio buscando aparejos para nuestro officio como de día. No dexava christianos ni moros ni judíos cuyos enterramientos no visitava. De día los acechaba, de noche los desenterraba. Assí se holgaba con la noche escura como tú con el día claro… Siete dientes quitó a un ahorcado con unas tenazicas de pelar cejas, mientra yo le descalcé los capatos. ¿Qué más quieres? Sino que los mismos diablos la avían miedo; atemorizados y spantados los tenía con las crudas bozes que les dava.  
Escuche aora, que aquñi junto, señor, mora
una mujer viejecilla. Si ella quiere, a desora  rebuelve toda la villa. Con conjuros, a los que están más seguros haze andar en el invierno, ella haze fragar moros a los diablos del infierno. Tiene poder de hazer aparecer,  en poblados y desiertos, para sus hechos hazer, en su figura hombres muertos. Sin dubdar, si quiere quajar la mar hasta dientro de Calicú, trae siempre a su mandar el capitán Belcebú.
Si favor ella os quiere dar, señor, y si bien se lo pagáis, yo salgo por fiador quanto quiserdes hagáis. 
Fragmento de la Celestina - Fernando de Rojas.-

Ahí; delantre la cocina había antes un horru. La ventana la cocina daba lluz enfrente al horru.  Antes, como non había water, había que salir pe la noche y tou. Y yo tenía que salir con Refael pa que no-y diera mieu. Una noche dixi-y yo:  - Oye, Refael, yo toy mala. Duelme la cabeza, tengo   munchu catarru y debo tener calentura. Mira, voy abrir la ventana  y vo ponete ´l candil enfrente pa que puedas ver. Sali tú solu. Era d´aquellos candiles antiguos, de mecha. Y pónxilu así, na ventana abierta y metíme pa dientro. Y él salió. Pero cuando taba faciendo sus necesidaes, vieno una ventolera d´aire y cerró la ventana de golpe, y tiró ´l candil. Entonces, col estropiciu yo ´mpencé a oílu gritar, unos gritos: ¡Vicenta, Vicenta, ven, que m´agarren! ¡Que me tiren de la camisa... ! ¡Vicenta!Y non era más que un artu. Era un escayu que col aire había prendíu-se na camisa per detrás. María Josefa Canellada - El Folklore de  Asturias. 

                                                         El penitente
Allá arriva en alta sierra,
 alta sierra montesía, 
donde cáe la nieve á copos
 y el agua menuda y fría,
habitaba un ermitaño 
que vida santa facía.
Allí llegó un caballero,
 desta manera decía:
Por Dios le pido, ermitaño, 
por Dios y Santa María,
que me diga la verdad 
y me niegue la mentira; 
si hombre que trata en mujeres
 tendrá el ánima perdida.
L´anima perdida no, non 
siendo cuñada ó prima.
Confiéseme, el ermitaño 
por Dios y Santa María,
y déme de penitencia 
conforme la merecía.
Confesar, confesaréte,
 absolverte non podía.
Estando ´n estas razones, 
se oyó una voz que decía:
"Confiésalo, el ermitaño, 
por Dios y Santa María,
y dale de penitencia 
conforme lo merecía".
Metiéralo en una tumba 
donde una serpiente había
que daba espanto de verla,
 siete cabezas tenía:
por todas las siete come, 
por todas las siete oía.
El ermitaño era bueno, 
y á verlo vá cada día. 
¿Cómo te va, penitente 
con tu buena compañía?
¡Cómo quiere que me vaya, 
pues que ansí lo merecía!
De la cinta para abajo,
 ya comido me tenía; 
De la cinta para arriba
 luego me comenzaría.
El que quiera ver mi muerte
 traiga una luz encendida.
Cuando llega con la luz, 
ya el penitente moría.
Las campanas de la gloria 
ellas de son se tanguian,
por l´ alma del penitente 
que pra los cielos camina. 
Romancero Asturiano. Menéndez Pidal. 
El Aguinaldo
Mañanita de los Reyes, la primer fiesta del año, 
cuando damas y doncellas al Rey piden aguinaldo; 
unas le pedían seda, otras el fino brocado; 
otras le piden mercedes para sus enamorados.
Doña María, entre todas, viene á pedirle llorando,
la cabeza del Maestre, del Maestre de Santiago.
El Rey se la concediera; y al buen Maestre han llamado.
Salen criados y pages, cuando el Maestre es entrado.
Bien venidos, caballeros.  Maestre, mal sois llegado,
ca en tal día su cabeza mandada está en aguinaldo. 
Quien mi cabeza mandara, ponga la suya á recabdo; 
que las cabezas de maestres non se mandan de aguinaldo.
Villas é ciudades tengo, é freyres á mi mandado:
non e las dió Rey ni Reina; ganélas yo por mi mano.
Estas razones dixiera el Maestre de Santiago,
cuando entre pages del Rey entrara en el palacio.
E más sin dubdar fablara, como home bien razonado; 
mas al sobir la escalera, la cabeza le han quitado.
Allí la entregan al Rey: él, maguer era su hermano, 
mandó echarla en una fuente por facer el aguinaldo. 
Llevadla á Doña María, dixera á los sus criados.
Doña María que la vido, mucho se ha maravillado; 
ca el Rey amaba al Maestre, y era muy grande el regalo. 

El Aguinaldo
Prendióla de los cabellos,
 de bofetadas le ha dado:
Agora me pagas, perro, 
lo de aguaño y lo de antaño
cuando me llamaste p…
 del Rey don Pedro tu hermano.
Prendióla de los cabellos,
 y lanzóla allí alano; 
el alano es del Maestre,
 é bien conoce al su amo.
Cogióla con los sus dientes,
 é llevósela á sagrado:
faz con las patas la fuesa, 
do la cabeza ha enterrado.
Bien lo viera el Rey Don Pedro
 donde se está paseando; 
bien lo viera ese buen Rey
 que fizo atal aguinaldo. 
Llega al balcon y pregunta:
 ¿De quien era aquel alano?
Ese alano es del Maestre,
 del Maestre de Santiago; 
que por facer la su obsequia,
 está, cual vedes, llorando.
¿¡Ay, triste de mí é mezquino, 
ay triste de mi é cuitado:
si el alano face aquello, 
qué ha de facer un hermano!
Dormir non puede el buen Rey, 
dormir non puede el cuitado; 
porque en medio de la noche
 el Maestre le ha llamado.
Viérale todo sangriento 
sin cabeza, en su caballo; 
viérale todo sangriento 
el su pecho menazando. 
Dormir non puede el buen Rey,
 que yaz todo desvelado,
porque en medio de la noche, 
Doña María le ha llamado.
Viérala con la cabeza
 que fué lanzar el alano.
Doña María de Padilla 
por los aires va volando;
por sus buenas fechorías non
 la quiere Dios ni el Diablo. 
Romancero Asturiano. Juan Menéndez Pidal. 


Las Pastorcilla
Allá arriba en aquel monte
 se pasea una zagala; 
al pié de una mata oscura 
rezando el rosario estaba.
Viera venir á lo lejos
 tres fermosísimas damas; 
la una vestia de azul; 
las otras de verde estaban.
Bien hayas, la zagaleja,
 la zagaleja, bien hayas:
¿qué faces aqui la niñya?… 
¿qué faces tan de mañana?
Buenos días, les responde: 
rezando el rosario estaba.
¿De quién son esas cabrillas,
 esas cabras que tú guardas?
Suyas é mias, Señora, s
uyas é mias las cabras.
¿Conócesme por ventura, 
pues que ansy, niñya, me fablas?
Señora, yo vos  conozco; 
que podes la Virgen Santa.
¿Quieres venirte conmigo
 á la celestial morada?..
Non pudiera ser, Señora; 
¿dónde he de dexar mis cabras?…
Pónlas en ese sendero, 
que ellas te se irán á casa.
Su padre al anochecer
 triste y afligido estaba:
¿Cómo es tan tarde, é non viene
 la zagala con sus cabras?….
Triste el padre é afligido 
de los sus güeyos lloraba, 
é á los piés de un Crucifijo
 con dolor s´arrodillaba. 
Postrárase de rodillas;
 estas palabras fablara:

La Pastorcilla
Dime Tú, manso Cordero, 
Fijo de la Virgen Santa, 
¿cómo es tan tarde é non 
viene la fija de mis entrañas?
¿Cómo es tan tarde é non viene? …
 Si se perdió en la montaña,
si los osos la comieron, 
si algun culebro la encanta?…. 
Dime Tú, manso Cordero,
 ¿qué se fizieron mis cabras?
Ellas eran como mi fija
 todo el bien que me quedaba.
Non llores por la tu fija, 
non llores por tu zagala;
ca ya venturosa ora 
en la celestial morada.
Las tus cabrillas non llores; 
ca ya tu corral las guarda:
dióles seguro sendero
 una divina zagala. 
Non llores, é vey si quieres
 ir do está tu fija amada;
vey si te plaz ir conmigo 
á la celestial morada.
Llevadme, Señor, llevadme
 donde vive mi zagala.
Romancero Asturiano. - Juan Menéndez Pida


La Galanzuca
Galanzuca, Galanzuca,
 hija del rey tan galan, 
¡quién te me diera tres horas,
 tres horas á mi mandar!
te besara y te abrazara 
y non ta hiciera otro mal.
Carlos, eres muy ligero
Ke de mí te vas á alabar.
Non lo quiera Dios del cielo,
 ni su Madre lo querrá,
que mujer que non
 quien yo holgara
della me vaya á alabar. 
A otro día de mañana
al campo se fué á alabar.
 Dormí con la mejor moza
que habia en este lugar.
 Miránse unas para otras;
¿Quién será?¿ Quién no será? 
 ¿Si será la Galanura
hija del Rey tan galan!
 Su padre desde un balcon
escuchando todo está. 
Pues si con ella has dormido,
con ella te has de casar;
 y si non casas con ella, 
pronto la mando quemar. 
Tanto me dá que la queme, 
ni la deje de quemar;
 que mujeres en el mundo
para mí no han de faltar.
 Si non lo tienen de guapas, 
lo tendrán de habilidad. 
Siete criados tenía,
leña les mandó apañar
 para quemar Galanura
hija del Rey tan galan.
 Allí pasó un pajecico
que ya le comiera el pan.
 Escribano, Galanzuca, 
á Carlos de Montalvan. 
Escribir si lo escribiera; 
¿pero quién lo va á llevar?
 Escríbalo, Galanura,
que yo se lo iré á llevar.
 Cuando va cuestas arriba
non se le puede mirar;
 cuando va cuestas abajo

La Galanzuca
corre com´un gavilan. 
 Aquí le traigo, Don Cárlos,
tres letras de mal pesar: 
escríbelas Galanura
que la diban á quemar.
 Confesó con siete curas; 
ninguno dijo verdad.
 Quitó su traje de seda,
que vistió del padre Abad;
 arreó el caballo blanco,
tambien ensilló el cuan.
 Jornada de cuatro días
en uno la fuera andar. 
Confiese, Padre, confiese; 
que Dios se lo pagará.
Si tuvo que ver con hombres
casados ó por casar. 
Nin tuve que ver con hombres
casados nin por casar,
si non han sido tres horas
con Carlos de Moltalván; 
una ha sido de mi gusto
las otras de mi pesar. 
Cogiérala entre sus brazos,
pusiérala en el ruan. 
Ahora con esa leña,
con ella quemar un can. 
En quemando bien los huesos,
al Rey idlos presentar;
que Galanzuca es mi esposa
y yo la voy á llevar. 
Llévela, el Don Carlos, lleve; 
más quiero que se la lleve 
que non verla aquí quemar. 
Romancero Asturiano. Juan Menéndez Pidal. 

El Mozo Arriero
Por los campos de Valverde
 caminaba un mozo arriero:
buen zapato, buena media,
 buen jubon y cinguidero; 
buena montera calada, y espada de fino acero. 
Lleva seis machos consigo
: siete con el delantero;
ocho se pueden contar co 
´l que vá de silla y freno.
En el medio del camino, 
le salieron al encuentro:
¿Adónde caminas, mozo?
¿ Adónde vás, mozo arriero?
Camino para la Mancha 
con un recado que llevo.
Allá caminemos juntos,
 como buenos compañeros.
En el medio del camino,
 sacaron vino y bebieron.
El primer vaso que salga, 
será para el mozo arriero.
¡Venga, por el Rey de España;
 porque es católico y bueno; 
que no arma ninguna guerra,
 si no se la dan primero; 
no hace como el Rey de Francia,
 que las dá á cada momento!
Habla bien, mozo, si sabes;
 y si no, te enseñaremos; 
que somos siete franceses,
 para ti bien poderhemos; 
Pues á mi me faltan seis, y
 á España no voy por ellos.
Desenvainan siete espadas,
 todas contra el mozo arriero:
y él desenvaina la suya,
 que corta como un acero.

El Mozo Arriero

De la primera estocada, 
cinco rindiera en el suelo.
Los otros tambien rindiera,
 sinó que á correr se dieron.
Vide acá, perros traidores;
 vide acá, traidores perros, 
que no vos quiero matar,
 para testigos vos quiero. 
Alli vino la Justicia 
á prender al mozo arriero.
Embargáronle los machos,
 juntamente su dinero.
El pide permiso al Rey 
para formar su proceso.
Con el proceso en la mano,
 el buen Rey se está riendo:
Si mató siete franceses, 
¡ojalá matara ciento!
Que le devuelvan los machos,
 juntamente con dinero; 
y para mientras que viva,
 lleva seis reales de sueldo. 
Romancero Asturiano.- Juan Menéndez Pidal. -







































































































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